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martes, 23 de septiembre de 2014

NUESTRO AMOR - Xavier Villaurrutia

Si nuestro amor no fuera,
al tiempo que un secreto,
un tormento, una duda,
una interrogación;
si no fuera una larga
espera interminable,
un vacío en el pecho
donde el corazón llama
como un puño cerrado
a una puerta impasible;
si nuestro amor no fuera
el sueño doloroso
en que vives sin mí,
dentro de mí, una vida
que me llena de espanto;
si no fuera un desvelo,
un grito iluminado
en la noche profunda;
si nuestro amor no fuera
como un hilo tendido
en que vamos los dos
sin red sobre el vacío;
si tus palabras fueran
sólo palabras para
nombrar con ellas cosas
tuyas, no más, y mías;
si no resucitaran
si no evocaran trágicas
distancias y rencores
traspuestos, olvidados;
si tu mirada fuera
siempre la que un instante
-¡pero un instante eterno!-
es tu más honda entrega;
si tus besos no fueran
sino para mis labios
trémulos y sumisos;
si tu lenta saliva
no fundiera en mi boca
su sabor infinito;
si juntos nuestros labios
desnudos como cuerpos,
y nuestros cuerpos juntos
como labios desnudos
no formaran un cuerpo
y una respiración,
¡no fuera amor el nuestro,
no fuera nuestro amor!

NOCTURNO ROSA - Xavier Villaurrutia

                                                                A José Gorostiza

Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa fría
ni la de piel de niño,
ni la rosa que gira
tan lentamente que su movimiento
es una misteriosa forma de la quietud.

No es la rosa sedienta,
ni la sangrante llaga,
ni la rosa coronada de espinas,
ni la rosa de la resurrección.

No es la rosa de pétalos desnudos,
ni la rosa encerada,
ni la llama de seda,
ni tampoco la rosa llamarada.

No es la rosa veleta,
ni la ulcera secreta,
ni la rosa puntual que da la hora,
ni la brújula rosa marinera.

No, no es la rosa rosa
sino la rosa increada,
la sumergida rosa,
la nocturna,
la rosa inmaterial,
la rosa hueca.

Es la rosa del tacto en las tinieblas,
es la rosa que avanza enardecida,
la rosa de rosadas uñas,
la rosa yema de los dedos ávidos,
la rosa digital
la rosa ciega.

Es la rosa moldura del oído,
la rosa oreja,
la espiral del ruido,
la rosa concha siempre abandonada
en la más alta espuma de la almohada.

Es la rosa encarnada de la boca,
la rosa que habla despierta
como si estuviera dormida.
Es la rosa entreabierta
de la que mana sombra,
la rosa entraña
que se pliega y expande
evocada, invocada, abocada,
es la rosa labial,
la rosa herida.

Es la rosa que abre los párpados,
la rosa vigilante, desvelada,
la rosa del insomnio desojada.

Es la rosa del humo,
la rosa de ceniza,
la negra rosa de carbón diamante
que silenciosa horada las tinieblas
y no ocupa lugar en el espacio.

NOCTURNO EN QUE NADA SE OYE - Xavier Villaurrutia

En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen 
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.

MAR - Xavier Villaurrutia


Te acariciaba, mar, en mi desvelo.
Te soñaba en mi sueño, ¡inesperado!
Te esperaba en la sombra recatado
y te oía en el silencio de mi duelo.
Eras, para mi cuerpo, cielo y suelo;
símbolo de mi sueño, inexplicado;
olor para mi sombra, iluminado;
rumor en el silencio de mi celo.
Te tuve ayer hirviendo entre mis manos,
caí despierto en tu profundo río,
sentí el roce de tus muslos cercanos.
Y aunque fui tuyo, entre tus brazos frío,
tu calor y tu aliento fueron vanos:
cada vez más te siento menos mío.

DESEO - Xavier Villaurrutia

Amarte con un fuego duro y frío.
Amarte sin palabras, sin pausas ni silencios.
Amarte sólo cada vez que quieras,
y sólo con la muda presencia de mis actos.

Amarte a flor de boca y mientras la mentira
no se distinga en ti de la ternura.

Amarte cuando finges toda la indiferencia
que tu abandono niega, que funde tu calor.

Amarte cada vez que tu piel y tu boca
busquen mi piel dormida y mi boca despierta.

Amarte por la soledad, si en ella me dejas.
Amarte por la ira en que mi razón enciendes.

Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.

lunes, 22 de septiembre de 2014

CHEON SANG BYEONG



El poeta Cheon Sang Byeong fue un ejemplo de inocencia.


Conocido como el último excéntrico de la literatura coreana, Cheon Sang Byeong fue el poeta de corazón más puro de todas las épocas. 


Aunque era pobre en extremo, nunca persiguió el dinero ni la fama y vivió una vida de entrega y desapego. El poeta y su esposa fueron muy felices juntos y vivieron sintiéndose agradecidos por lo poco que poseían. 


Su poema más conocido es “Retorno al cielo”, que describe al mundo como un lugar hermoso y la vida como un alegre paseo. Siguiendo esta filosofía de vida, las personas que aman su poesía disfrutan visitando su tumba como si se tratara de una excursión de primavera. 


Cheon Sang Byeong nació en 1930 en Japón y volvió al país cuando Corea recuperó la independencia en 1945. 


Desde temprano mostró grandes dotes literarias, por lo que sus profesores intercedieron para que a los dieciséis años pudiera publicar su poema “El agua del río” en una revista literaria. 


Por deseo de sus padres, entró a la carrera de Comercio de la Universidad Nacional de Seúl, pero como su vocación era la poesía, no llegó a terminar sus estudios. 


Su debut literario oficial fue en 1965 con el poema “La gaviota”. Sin embargo, dos años después, fue implicado en un sonado caso de espionaje, por lo que fue encarcelado durante seis meses. A causa de las secuelas que le dejaron las torturas sufridas, desapareció del mundo que frecuentaba. Sus amigos, creyéndolo muerto, recogieron sus poemas y los publicaron como libro póstumo bajo el título de “Pájaro”. Pero así como había desaparecido, apareció de pronto un día sano y salvo. 


En 1972 se casó con Moon Sun Ok y desde entonces ella fue el sostén económico de la pareja, gracias al salón de té “Retorno al cielo” que ella regentaba en Insadong. 


El poeta terminó su paseo por este mundo el 28 de abril de 1993, y su esposa le siguió diecisiete años después, en 2010. 


En Euijeonbu, donde vivió y murió el poeta Cheon Sang Byeong, se realiza desde hace once años un festival para recordar al poeta. Como es natural, el recital de los poemas del poeta constituyó el evento central del programa de festejos. 


En un rincón del Centro de las Artes de Euijeongbu, donde se llevó a cabo el festival, se recreó el salón de té “Retorno al cielo” de la mujer del poeta, donde el matrimonio compartió tantos momentos agradables junto a sus muchos amigos literatos, durante los 25 años que permaneció abierto el establecimiento.


FUENTE: KBS WORLD

DÉCIMAS DE NUESTRO AMOR - Xavier Villaurrutia

I
A mí mismo me prohibo
revelar nuestro secreto
decir tu nombre completo
o escribirlo cuando escribo.
Prisionero de ti, vivo
buscándote en la sombría
caverna de mi agonía.
Y cuando a solas te invoco,
en la oscura piedra toco
tu impasible compañía.


II
Si nuestro amor está hecho
de silencios prolongados
que nuestros labios cerrados
maduran dentro del pecho;
y si el corazón deshecho
sangra como la granada
en su sombra congelada,
¿por qué dolorosa y mustia,
no rompemos esta angustia
para salir de la nada?


III
Por el temor de quererme
tanto como yo te quiero,
has preferido, primero,
para salvarte, perderme.
Pero está mudo e inerme
tu corazón, de tal suerte
que si no me dejas verte
es por no ver en la mía
la imagen de tu agonía:
porque mi muerte es tu muerte.


IV
Te alejas de mí pensando
que me hiere tu presencia,
y no sabes que tu ausencia
es más dolorosa cuando
la soledad se va ahondando,
y en el silencio sombrío,
sin quererlo, a pesar mío,
oigo tu voz en el eco
y hallo tu forma en el hueco
que has dejado en el vacío.


V
¿Por qué dejas entrever
una remota esperanza,
si el deseo no te alcanza,
si nada volverá a ser?
Y si no habrá amanecer
en mi noche interminable
¿de qué sirve que yo hable
en el desierto, y que pida
para reanimar mi vida,
remedio a lo irremediable?


VI
Esta incertidumbre oscura
que sube en mi cuerpo y que
deja en mi boca no sé
que desolada amargura;
este sabor que perdura
y, como el recuerdo, insiste,
y, como tu olor, persiste
con su penetrante esencia,
es la sola y cruel presencia
tuya, desde que partiste.


VII
Apenas has vuelto, y ya
en todo mi ser avanza,
verde y turbia, la esperanza
para decirme: "¡Aquí está!"
Pero su voz se oirá
rodar sin eco en la oscura
soledad de mi clausura
y yo seguiré pensando
que no hay esperanza cuando
la esperanza es la tortura.


VIII
Ayer te soñé. Temblando
los dos en el goce impuro
y estéril de un sueño oscuro.
Y sobre tu cuerpo blando
mis labios iban dejando
huellas, señales, heridas...
Y tus palabras transidas
y las mías delirantes
de aquellos breves instantes
prolongaban nuestras vidas.


IX
Si nada espero, pues nada
tembló en ti cuando me viste
y ante mis ojos pusiste
la verdad más desolada;
si no brilló en tu mirada
Un destello de emoción,
la sola oscura razón,
la fuerza que a ti me lanza,
perdida toda esperanza,
es...¡la desesperación!


X
Mi amor por ti ¡no murió!
Sigue viviendo en la fría,
ignorada galería
que en mi corazón cavó.
Por ella desciendo y no
encontraré la salida,
pues será toda mi vida
esta angustia de buscarte
a ciegas, con la escondida
certidumbre de no hallarte.

LA CONTRADICCIÓN

La contradicción en las palabras, algo como decir un vacío profundo, no es una negación, es una afirmación que tiene mucha fuerza. Aún siendo una incompatibilidad y ambigüedad entre dos conceptos, toma otra ruta, cuando del comportamiento y las expresiones se trata.

No se sabe si se dan por razones vitales o por el oportunismo de una ocasión.

Si es una contradicción dialéctica, parecería que no afecta la realidad en ninguna manera porque solo son expresiones verbales, que parten de lo subjetivo, sin embargo, la fuerza de las palabras puede motivar e inducir el cambio de una situación real y generar una transformación cualitativa.

Cuando la fuerza ejercida por la contradicción es superior surge la desintegración y la formación de un nuevo estado, que aísla, que rechaza, que margina, que desconoce, que respira hasta darse una nueva armonía.

Estos especímenes ambiguos, se esconden tras los árboles, acechan tu paso para salir a tu encuentro con su máscara de hierro de implacable sonrisa y cruda mirada, informe rostro, lengua enciclopédica, juegan a la seducción de tu cerebro y tu alma.  Conocen de argucias, mutilan, decapitan el sentido, desconocen la identidad, pretenciosos quieren la replica imperfecta de sí mismos. Corroen, corrompen, enturbian, debilitan, golpean, golpean y golpean...

La contradicción cuando entra ya tiene abierta la puerta de salida, hazte a un lado, déjale pasar...

MaCeci