No se sabe si se dan por razones vitales o por el oportunismo de una ocasión.
Si es una contradicción dialéctica, parecería que no afecta la realidad en ninguna manera porque solo son expresiones verbales, que parten de lo subjetivo, sin embargo, la fuerza de las palabras puede motivar e inducir el cambio de una situación real y generar una transformación cualitativa.
Cuando la fuerza ejercida por la contradicción es superior surge la desintegración y la formación de un nuevo estado, que aísla, que rechaza, que margina, que desconoce, que respira hasta darse una nueva armonía.
Estos especímenes ambiguos, se esconden tras los árboles, acechan tu paso para salir a tu encuentro con su máscara de hierro de implacable sonrisa y cruda mirada, informe rostro, lengua enciclopédica, juegan a la seducción de tu cerebro y tu alma. Conocen de argucias, mutilan, decapitan el sentido, desconocen la identidad, pretenciosos quieren la replica imperfecta de sí mismos. Corroen, corrompen, enturbian, debilitan, golpean, golpean y golpean...
La contradicción cuando entra ya tiene abierta la puerta de salida, hazte a un lado, déjale pasar...
MaCeci
MaCeci
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