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martes, 14 de noviembre de 2023

Y DE VOLVER, ¿QUÉ? - María Cecilia Murcia

 

Y DE VOLVER, ¿QUÉ?

Volver es retroceder,
es retomar,
es reiniciar,
es reincidir,
es la búsqueda
es el aprendizaje,
es un rayo de sabiduría,
es un recuento,
es revivir,
es recordar,
es alimentar,
es ver con otros ojos,
es una nueva oportunidad,
es hallar una nueva perspectiva,
es anhelar,
es nostalgia,
es esperanza
sobre lo perdido... volver, volver.

Que inquietud volver sobre los pasos
y equivocarse de nuevo,
volver sin haberse renovado,
sin haber crecido...

Que miedo volver a tus manos
y volverse a ir
perderte en el vacío
Imposible...

Volver a escribir
la historia inconclusa
con acentos en un afecto
que nace en el alma

Pero volver,
parece más que un sueño,
hermoso,
pequeño y grande a la vez.

Solo lo puedo decir así
desordenado
sin estética
no vuelvo atrás
a corregir lo que siento
tan solo me paro desde este punto
en que dejé todo en puntos suspensivos
te abro la puerta, pasa

Estoy aquí... para volver

¿POR QUÉ TE VAS? - María Cecilia Murcia

 No partas aún estrella mía

Brilla, brilla, brilla
y tu canción ven a cantar.

 

No partas aún estrella mía
Devuélveme en tu sueño
tu vestido azul de mar.

No partas aún estrella mía
Entrégame tu bella noche
en el fulgor de tu mirar.

No partas aún estrella mía
Alcánzame la blanca arena
sobre tus pies al caminar

No partas aún estrella mía
No partas aún...
No....


lunes, 13 de noviembre de 2023

OTOÑO - Juana de Ibarbourou

Otoño de oro molido
y de aire pasado por filtros;
violetas de mar y de tierra
deshilan sus pétalos finos.
Ensueño de plata pulida,
abeja de nueva esperanza.
Las aguas saladas me piden
un verso con forma de barca.
Otoño de vientos crinados
y el sol de la barba ligera.
Un celeste jazmín de horizontes
en la red de mi ansia se queda.
Almohada de luna en el sueño,
manzana de miel en el día,
mañana, mañana la tarde
vendrá vestida de lila. 

VIDA - GARFIO. Juana de Ibarbourou


Amante: no me lleves, si muero al camposanto
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente
A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.
A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.
Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.
Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
Yo subiré a mirarte en los lirios morados

RETORNO - Juana de Ibarbourou

 Con la cántara llena de agua,

y la boca de moras teñida,
y crujiente de espinas la enagua,
y en el moño una rosa prendida,

De la fuente retorno, abismada
en el dulce evocar de la cita.
Y se hermana la tarde dorada
con la luz que en mis ojos palpita.

Una extraña fragancia me enerva,
y en verdad yo no sé si es que sube
del jugoso frescor de la hierba,
o se eleva de mi alma a la nube.

Y, despierta sonámbula, sigo
balanceando mi cántara llena,
entre el oro alocado del trigo
y el temblor de los tallos
de avena.

REBELDE - Juana de Ibarbourou

Caronte: yo seré un escándalo en tu barca
Mientras las otras sombras recen, giman o lloren,
y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren,
Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrara en el viaje.
Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.
Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.
Pintura de Clara Vicens


LAS LENGUAS DE DIAMENTE - Juana de Ibarbourou

Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre,
vagamos taciturnos en un éxtasis vago,
como sombras delgadas que se deslizan sobre
las arenas de bronce de la orilla del lago.

Silencio en nuestros labios una rosa ha florido.
¡Oh, si a mi amante vencen tentaciones de hablar!,
la corola, deshecha, como un pájaro herido,
caerá, rompiendo el suave misterio sublunar.

¡Oh dioses, que no hable! ¡Con la venda más fuerte
que tengáis en las manos, su acento sofocad!
¡Y si es preciso, el manto de piedra de la muerte
para formar la venda de su boca, rasgad!

Yo no quiero que hable. Yo no quiero que hable.
Sobre el silencio éste, ¡qué ofensa la palabra!
¡Oh lengua de ceniza! ¡Oh lengua miserable,
no intentes que ahora el sello de mis labios te abra!

¡Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes,
con los ojos gimamos, con los ojos hablemos.
Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes
movidas por la magia de diálogos supremos.