El raudo cause arremolinado
Golpea con fiereza las raíces
Desentrañando cruelmente la savia
Enturbiando el aire, mi esencia.
Los sueños de otras voces
Gritan con desespero profundo
Encegueciendo en medio de la bruma
La senda pausada de mis pies.
¿Por qué me quieren arrebatar
El aliento de mi último suspiro;
Me agotan, me secan.
¿Cómo podré recobrarme?
Estoy como una hoja de papel
Arrugada, apretada, inservible
Escrita, usada, manchada
No hay espacio para líneas.
Inexplicables vocablos sin sentido
¿Cómo conjugar este verbo de inercia
Que me rodea y exhala sobre mí,
Fuertes golpes mortíferos?
Los labios se secan por el silencio,
En la ausencia explicable de palabras
En las cenizas de visiones cinéticas
Aplacadas como viles residuos.
Inexplicables tierras movedizas
Silenciosamente se roban el aliento
El tiempo gotea segundo a segundo
Su verdad inamovible que no negocia.
Esta humanidad en vertiginosa involución
Festeja la ignominia de su cerebro
Llevando al fuego las esperanzas.
¿Dónde están? ¿Dónde están?
¿Por qué estoy en medio
De estos parajes sabiendo
Que allí está y me acecha
Y no porto la espada de la lucha?
¿Por qué mis pies están cansados
y no soportan mi peso?
¿Por qué estoy agotada?
¿Dime, Por qué?
María Cecilia Murcia Segura
Golpea con fiereza las raíces
Desentrañando cruelmente la savia
Enturbiando el aire, mi esencia.
Los sueños de otras voces
Gritan con desespero profundo
Encegueciendo en medio de la bruma
La senda pausada de mis pies.
¿Por qué me quieren arrebatar
El aliento de mi último suspiro;
Me agotan, me secan.
¿Cómo podré recobrarme?
Estoy como una hoja de papel
Arrugada, apretada, inservible
Escrita, usada, manchada
No hay espacio para líneas.
Inexplicables vocablos sin sentido
¿Cómo conjugar este verbo de inercia
Que me rodea y exhala sobre mí,
Fuertes golpes mortíferos?
Los labios se secan por el silencio,
En la ausencia explicable de palabras
En las cenizas de visiones cinéticas
Aplacadas como viles residuos.
Inexplicables tierras movedizas
Silenciosamente se roban el aliento
El tiempo gotea segundo a segundo
Su verdad inamovible que no negocia.
Esta humanidad en vertiginosa involución
Festeja la ignominia de su cerebro
Llevando al fuego las esperanzas.
¿Dónde están? ¿Dónde están?
¿Por qué estoy en medio
De estos parajes sabiendo
Que allí está y me acecha
Y no porto la espada de la lucha?
¿Por qué mis pies están cansados
y no soportan mi peso?
¿Por qué estoy agotada?
¿Dime, Por qué?
María Cecilia Murcia Segura
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