Páginas

jueves, 7 de noviembre de 2013

El ámbito de la escritora en la poesía VIII, Elizabeth Schön N°4

MI AROMA DE LUMBRE (fragmento)


Se escribe con ribetes de sol,
reminiscencias errabundas, 
presencias de entrañas,
soplos de desiertos,
restos de dinosaurios.
Se escribe con la embestida
de las cosechas de los hombres,
ciudades,
campos, 
y con la luz y la sombra
yendo de una orilla
hacia otra orilla.


__________________________


Una palabra es el grano,
la mazorca,
la espadaña,
el alero,
el amor desde donde se mira
lo inmenso, y se percibe
como si yo, la palabra,
la reflejada en el zumo,
la oblicua,
por sobre el cero,
más allá de la corteza
y el confín anterior,
fuera un cuerpo más
entre los cuerpos de los espacios,
y la que a veces, está apartada,
alejada de la voz,
por la ausencia
de los lechos que profundizan,
de las arenas serenamente esplendentes,
o porque la timidez
impidió prolongar
el largo cauce hacia el sol.


______________________________



Mas pocos conocen
que precisamente soy yo,
la palabra,
la que une los perfiles,
los presentimientos;
la que conduce al centro
de lo impronunciable,
de lo fijo en el cúmulo
que llevará hacia la red única.

______________________________

Y quizás también sea yo,
junto con cordilleras,
montañas, océanos, caseríos, siembras,
la que permanece cerca de los manantiales
para que la carga de las aguas pase,
se deslice, no se detenga,
y puedan enlazarse los rayos frescos,
violentos,
convulsos, acariciantes,
del siglo en los siglos, para los siglos.

______________________________

Estoy en cada visión,
en cada pupila,
en cada latido,
y estoy en el celaje
presta a alcanzar el otro extremo,
y a partir en la otra nube,
y arribar al otro límite
donde tierra y mar se unen
en una apretada raya
que circula conmigo por los aires,
montes,
alturas,
como si ella y yo
fuésemos una sola y misma cosa.

______________________________

Pienso en el día
en que los hombres de los edificios,
de los cometas,
de la lógica
y la cibernética,
me sientan,
más aún,
me tomen en piedra lisa,
sin centro,
sin interioridad,
que no gira,
no irrumpe y no es capaz
de acercarse al rojo e inducirlo,
y darle la mano a lo lejano
y azuzar la hoguera, el mentón,
y ensartar lo estable del paraje
con la savia de innata movilidad.
Pero,
¡qué sorpresa recibirían los hombres
si conocieran cuántas faces
y cuántos trajes poseo!




LAURA LERET refiere estos interesantes conceptos de gran peso sobre Elizabeth Schön:
"La lectura de la obra de Elizabeth Schön revela al lector los  secretos que la poetisa alojaba en su alma: la circularidad, las  múltiples vinculaciones de lo natural, la concavidad y la imagen  sempiterna del río", explicó Wilfredo Carrizales, agregado  cultural de la Embajada venezolana. 



En opinión del diplomático, en la poesía de Schön la naturaleza  es lo esencial y en sus versos "fluye la corriente vital que  sustenta al mundo", y no existen ni la queja ni la lamentación que  ubican al hombre en un lugar seguro y en un ámbito de serena  reflexión.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario