Eras espejismo en tu desierto
Blando, suave, melindroso
Versado en artilugios
Incierto e inquietante.
Eras refulgente luz
Iridiscente como un sueño
Infame flama
Sofocada y moribunda
Eras solo palabras
Embaucadoras, de piedra
Saetas hirientes
Inútiles e inservibles.
Horadaste mis entrañas
Aplastaste tu ser dentro de mi
Y las voces surgieron como oda
En este adiós por siempre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario